La Educación es Espiritual

La cualidad moral de una persona se deriva de su evolución personal y adelanto espiritual.

Si ambas partes son muy pobres habrá poco o nada de conciencia activa sobre el pensamiento, los sentimientos y los actos, en general, sobre todo aquello que inteligentemente debe reflexionarse, corregirse o mejorarse. Desde luego, el espíritu debe tener mayor fuerza preponderante sobre la personalidad para ayudarla a evolucionar corrigiendo imperfecciones y desaciertos. Sin no fuese así, habría serios conflictos existenciales sin respuesta, confusión y rebeldía contra aspectos sagrados de la vida común de las personas, como sucede actualmente en la sociedad, donde, nuestra mayor debilidad radica en que somos poco o nada responsables de nuestras obligaciones espirituales trascendentes.

Y ello sucede porque, normalmente hay más dominio y opresión del estado ego-personal sobre el alma o el espíritu, lo cual, crea condiciones ordinarias para el reflejo y expresión de pasiones inferiores, hábitos insanos, conductas gregarias, en general, se propicia una vida intrascendente que ralentiza el estado de evolución y adelanto espiritual de cualquier persona. De ahí, la pérdida de valores en las sociedades modernas.

Por eso, la educación de un individuo debe ser aprehender a auto perfeccionarse, auto corregirse y auto refinarse para volvernos dignos legisladores de la ética y la moral con elevado sentido de responsabilidad civil. Y, para lograrlo, la educación que necesitamos como sociedad consiste en el conocimiento de las leyes universales desde su realidad espiritual que rigen a su vez, a todos los seres vivos y lo digo, muy especialmente por nosotros como género humano atados a un mundo corporal intrínsecamente entrelazado a esa realidad espiritual que muy poco entendemos. Una vez que este conocimiento y su praxis entre a nuestras vidas comenzará a revelarnos grandes y poderosas verdades que llenarán ese terrible vacío que hoy separa a las personas de su ángel íntimo y de las regiones espirituales de la naturaleza y del cosmos.

Omar Verdugo

Sinceramente.